¿Qué es un abono NPK?

NPK son una siglas muy recurrentes entre los cultivadores, especialmente entre los cultivadores de cannabis. Este tipo de fertilizantes se denominan NPK debido a su composición: Nitrogeno (N), Fósforo (P) y Potasio (K), tres de los elementos básicos en la alimentación de un vegetal. Esta composición suele expresarse mediante tres números que indican la proporciones que contiene de cada uno de esos tres nutrientes. El primer número hace referencia al nitrógeno, expresado como N2; el segundo al fósforo, expresado como pentóxido; y el tercero al potasio, expresado como K2O.

NPK

La importancia de los NPK comenzó en 1840, cuando el químico alemán Justus von Liebig, también conocido como el fundador de la química agrícola, descubrió la importancia de dichos elementos en la simbiosis entre el suelo y los vegetales. De hecho, resulta esencial que el suelo aporte dichos tres nutrientes a las plantas, de lo contrario, estas no podrán construir tejidos y, por consiguiente, no podrán desarrollarse como es debido.

Otro elementos importante es el carbono (C), nutriente que las plantas obtienen de la atmosfera, concretamente del dióxido de carbono (CO2). Obviamente, existen muchos otros oligoelementos necesarios para el correcto desarrollo de las cepas, ahora bien, estos suelen encontrarse ya en el agua o acompañando a los NPK.

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VENTAJAS DEL ABONO NPK

NPK y Marihuana

Emplear estos abonos supone un cambio notorio en el desarrollo de los cultivos ya que les estás aportando todo lo necesario: un crecimiento más rápido y vigoroso, así como una floración más abundante y de mayor calidad. Además, el sistema radicular se desarrollará más rápidamente y las cepas serán más resistentes a las plagas, aunque también puedes combatirlos con los productos de lucha biológica, y a las inclemencias del tiempo. Prueba los abonos NPK y descubre el verdadero vigor de la marihuana.

Ahora bien, como conclusión, desde S.L.C queremos señalar que dichos abonos son químicos y que muchos cultivadores prefieren no emplearlos ya que son muy agresivos para las plantas y si no se emplean en su justa medida, pueden acabar con la cosecha. De todos modos, los abonos químicos son empleados por millones de cultivadores en todo el planeta así que, si mides bien las dosis, no tienes nada que temer.