Cultivar tu propio cannabis puede ser una experiencia divertida y gratificante, pero también puede suponer todo un desafío e incluso puede llegar a ser frustrante y muy costoso. Para el cultivador principiante con recursos limitados, un cultivo de interior puede resultar demasiado costoso para ser una opción. La buena noticia es que un pequeño jardín al aire libre puede producir abundantes cosechas de calidad sin una gran inversión monetaria. Si tienes acceso a un lugar soleado en un jardín privado o incluso en un balcón, terraza o azotea, puedes cultivar cannabis con éxito. Nuestra guía de cultivo al aire libre repasará los diferentes factores que debe tener en cuenta para establecer su primer cultivo al aire libre. ¿Listo para saber como cultivar marihuana en exterior?
cultivar marihuana exterior
INDICE
Paso 1: Considerar el clima
Es crucial tener un mínimo de conocimientos respecto al clima del área donde vives o donde te dispones a cultivar. El cannabis es muy adaptable a diversas condiciones, pero sigue siendo susceptible a las condiciones climáticas extremas, sobre todo a la falta de sol, las bajas temperaturas y la excesiva humedad. Las temperaturas sostenidas por encima de 30 grados harán que sus plantas dejen de crecer, mientras que las temperaturas por debajo de 12 o 13 grados también pueden causar daño y retraso en el crecimiento, incluso la muerte. Las fuertes lluvias y los fuertes vientos pueden causar daños físicos a las plantas y reducir el rendimiento, y la humedad excesiva puede provocar moho y oídio, especialmente durante la floración.
Además de los patrones climáticos, también se necesita entender cómo la duración del día cambia estacionalmente. Por ejemplo, a 32° de latitud N (San Diego), se experimentará un poco más de 14 horas de luz diurna en el solsticio de verano (el día más largo del año), mientras que a 47° de latitud N (Seattle) tendrá alrededor de 16 horas de luz diurna en el mismo día.
En el caso de España, los factores climáticos varían en función de si usted vive en zona de clima mediterráneo (Comunidad Valenciana, Cataluña, Murcia, Islas Baleares y parte de Andalucía), continental (interior peninsular y sur-oeste), atlántico (Norte de Aragón, País Vasco, Navarra, Cantabria, Asturias y Galicia) o tropical (Islas Canarias). Infórmese bien sobre las características de su zona climática antes de realizar el cultivo.
Paso 2: Escoja un lugar
La elección de la ubicación del cultivo exterior será la decisión más importante que usted tome, especialmente si está plantando en el suelo o en contenedores grandes e inmóviles (algunas plantas crecen al aire libre en contenedores que se pueden mover dependiendo del clima y de la ubicación del sol). Sus plantas de cannabis deben recibir al menos de 5 a 6 horas de luz solar directa al día, preferiblemente durante el mediodía, cuando la calidad de la luz es la mejor.
Si usted vive en un área donde las temperaturas diurnas están por encima de los 30 grados, es posible que desee elegir un lugar que reciba sol directo durante las primeras horas del día y sol filtrado durante las horas más calurosas. Una zona que recibe una brisa constante es también una buena opción en climas cálidos, aunque esto aumentará el consumo de agua. Por otro lado, si usted vive en un área con muchos vientos fuertes, debe considerar plantar cerca de una cortina cortavientos de algún tipo, como una pared, una cerca o un arbusto grande. Aquellos que viven en climas más frescos pueden beneficiarse de plantar cerca de una cerca que retenga el calor, como una pared de ladrillo o una cerca orientada hacia el sur, mientras que aquellos que viven en áreas calientes definitivamente querrán evitar dichas orientaciones.
Finalmente, es muy importante controlar la privacidad y la seguridad. La mayoría de la gente querrá ocultar sus cultivos a los vecinos que juzgan y a los posibles ladrones. Las cercas altas y los arbustos o árboles grandes son su mejor opción, a menos que usted viva en un área aislada. Algunas personas plantan en macetas y las ponen en sus balcones o tejados que están protegidos de la vista, mientras que otras construyen jaulas de alambre de gran calibre para mantener a raya a los ladrones y a los animales. Sea lo que sea que decidas hacer, recuerda que las plantas de cannabis al aire libre pueden llegar a medir hasta 4 0 5 metros de altura o más, así que planifica en consecuencia.
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Paso 3: Adquirir algo de tierra
El suelo se compone de tres componentes básicos en diversas proporciones:
- Arcilla
- Arena
- Sedimentos
Las plantas de cannabis necesitan un suelo bien drenado, ligeramente ácido y rico en materia orgánica para poder prosperar. Si decide plantar directamente en el suelo, tendrá que entender la composición de su suelo y modificarla en consecuencia.
Los suelos arcillosos pesados drenan lentamente y no retienen bien el oxígeno, por lo que tendrán que ser modificados en gran medida. Por lo menos un mes antes de plantar, hay que cavar grandes agujeros donde colocar las plantas de cannabis y mezclar en grandes cantidades de abono orgánico, estiércol, lombrices u otra materia orgánica descompuesta. Esto proporcionará aireación y drenaje, así como nutrientes para las plantas. De todos modos, tampoco hay que excederse ya que una sobredosis puede ser contraproducente para el cultivo.
El suelo arenoso es fácil de trabajar, drena muy bien y se calienta rápidamente, pero no retiene bien los nutrientes, especialmente en ambientes lluviosos. Una vez más, tendrás que cavar grandes agujeros para las plantas y añadir abono, turba y fibra de coco, que ayudarán a unir el suelo, proporcionando circulación de aire y alimentos. En climas cálidos, el suelo arenoso debe ser triturado para ayudar a retener el agua y evitar que las raíces se calienten demasiado.
El suelo limoso es el medio de cultivo ideal. Es fácil de trabajar, se calienta rápidamente, mantiene la humedad mientras que también tiene un buen drenaje, y contiene muchos nutrientes. La mejor marga limosa se encuentra en los lechos de ríos y lagos prehistóricos. Este suelo oscuro y desmenuzable es el más fértil, y es probable que necesite poca o ninguna modificación.
Si realmente desea asegurar buenos resultados y minimizar las complicaciones y problemas en el cultivo, es fácil y relativamente barato realizar pruebas de suelo. Un servicio de análisis de suelo le dirá la composición y el pH de su suelo, le notificará de cualquier contaminante y también le recomendará como modificar el suelo y que materiales y fertilizantes añadir.
Paso 4: Fertilizante
Las plantas de cannabis requieren una gran cantidad de alimentos a lo largo de su ciclo de vida, principalmente en forma de nitrógeno, fósforo y potasio, y la forma en que usted elija alimentarlas dependerá de sus métodos y de la composición del suelo.
Los fertilizantes comerciales destinados a los jardineros domésticos se pueden utilizar si tienes una buena comprensión de cómo funcionan y lo que tus plantas necesitan, pero generalmente deben ser evitados por los cultivadores menos experimentados. Puede comprar soluciones nutritivas diseñadas específicamente para el cannabis en su tienda de cultivo local, pero a menudo son caras y pueden dañar las bacterias del suelo, ya que generalmente están compuestas de sales minerales sintéticas y están destinadas al cultivo en interiores y sin suelo.
Muchos cultivadores expertos de exterior se dedican a los métodos orgánicos de fertilización porque aprovechan al máximo la vida microbiana del suelo y minimizan la escorrentía dañina, es decir, el exceso de agua. Hay muchos fertilizantes naturales y orgánicos diferentes disponibles y otros productos que se venden en tiendas de jardinería como harina de sangre, harina de huesos, harina de pescado, guano de murciélago, y harina de algas. Informarse sobre lo que son y cómo funcionan será extremadamente útil.
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Céntrate en los productos que son menos costosos y más fáciles de adquirir. Algunos de estos materiales liberan sus nutrientes rápidamente y fáciles de asimilar para la planta, mientras que otros tardan meses o años en liberar alimentos utilizables. Si se hace correctamente, puede mezclar algunos de estos productos con lo que añada al suelo para proporcionar suficiente nutrición. Una vez más, el análisis del suelo puede proporcionar información muy útil sobre los tipos y cantidades de fertilizante que debe usar. Si no está seguro de cuánto usar, sea conservador; siempre puede echar más si ve que es necesario. Desde S.L.C recomendamos emplear siempre menos dosis de la recomendada por el fabricante.
Otro método de fertilización que se utiliza cada vez con más frecuencia en la actualidad es el suelo orgánico prefecundado, también conocido como “supersuelo”, que puede ser de fabricación casera o comprado en una tienda. De cualquier manera, es más caro que simplemente modificar el suelo de su jardín, pero no requiere ningún tipo de esfuerzo ya que todos los nutrientes necesarios están allí. Simplemente cave agujeros grandes para sus plantas, llénelos hasta la mitad con súper tierra y con tierra para macetas.
Paso 5: Riego
Mientras que los cultivos de cannabis al aire libre tienen los beneficios de la lluvia y el agua subterránea que no se encuentran en interiores, lo más probable es que necesites regar tus plantas con frecuencia, especialmente en los meses más calurosos del verano. Las plantas grandes de cannabis pueden consumir hasta 40 litros de agua cada día en climas cálidos. Los cultivadores que viven en lugares cálidos y áridos a menudo cavan y colocan tierra arcillosa o rocas debajo de su plantación para retardar el drenaje, o plantan en depresiones poco profundas que actúan como un embudo que dirige el agua de alrededor hacia las plantas. La adición de cristales de polímeros absorbentes de agua al suelo es otra buena manera de mejorar la retención de agua, sobre todo en cultivos guerrilla, es decir, cultivos recónditos en los que no podemos regar todos los días.
Si vives en un clima particularmente lluvioso, es posible que tengas que tomar medidas para mejorar el drenaje alrededor de tu jardín, ya que las raíces de cannabis son muy susceptibles a las enfermedades fúngicas cuando están en condiciones de saturación de agua. Estas técnicas incluyen
- Plantación en montículos elevados
- Cavar zanjas que dirigen el agua lejos del jardín
- Agregar cosas como grava, guijarros de arcilla y perlita al suelo
Si está usando agua del grifo o de pozo, es una buena idea probarla primero. El agua puede contener altos niveles de minerales disueltos que pueden acumularse en el suelo y afectar el nivel de pH, o puede tener altos niveles de cloro que pueden matar la vida beneficiosa del suelo. Mucha gente filtra su agua por esta razón.
regar cannabis
Los jardines de contenedores o macetas se secan mucho más rápido que los plantados en el suelo, y a menudo necesitan ser regados todos los días o, como mínimo, con mucha más frecuencia. Las plantas que crecen en condiciones calientes y con fuertes rachas de viento, también necesitarán ser regadas con mayor frecuencia; las altas temperaturas y los vientos obligan a la planta a transpirar a un ritmo mayor. Recuerde que el riego excesivo es el error más común que cometen los cultivadores novatos. La regla general es regar profundamente, luego esperar hasta que la parte superior del suelo esté completamente seca antes de volver a regar. Un medidor de humedad del suelo barato es una buena herramienta para que el principiante no tenga problemas. Tenga en cuenta que el exceso de humedad pudre el sistema radicular, bloque la absorción y asimilación de nutriente por parte de la planta y esto último se traduce en la muerte de la misma, así que hay que ser muy cuidadosos.
Paso 6. Elija contenedores o macetas para su cultivo exterior
Los jardines de contenedores o macetas son a menudo una buena opción para las personas que quieren cultivar marihuana en exterior y no tienen el lugar ideal para cultivar en tierra o que tienen condiciones de suelo realmente terribles. Hay numerosos beneficios al cultivar al aire libre en contenedores, pero también hay desventajas. Si no puede realizar el trabajo pesado que implica cavar hoyos y arreglar el terreno, los contenedores pueden ser la manera más rápida y sencilla de cultivar su propio cannabis.
Si no tiene un pedazo de tierra adecuado para hacer un jardín, se pueden colocar contenedores en cubiertas, patios o techos, y moverlos durante el día para aprovechar la mayor cantidad de sol posible o para proteger a las plantas del calor o el viento excesivo. Además, se pueden usar nutrientes regulares de cannabis diseñados para cultivos de interior.
Estos beneficios llevan a muchos principiantes a utilizar maceteros para su cultivo inicial en exteriores. Sin embargo, las plantas que crecen en macetas, cubos o barriles probablemente serán mucho más pequeñas que las plantadas en el suelo porque su crecimiento radicular está restringido al tamaño del contenedor. En un sentido amplio, el tamaño de la maceta determinará el tamaño de la planta, aunque es posible cultivar plantas grandes en recipientes pequeños si se utiliza la técnica adecuada.
En general, 20 litros es el tamaño más pequeño que usted debe usar, y 40 litros o más se recomienda para plantas abundantes. Sin importar el tamaño, usted querrá proteger las raíces de sus plantas del sobrecalentamiento durante el clima cálido, ya que las macetas de tierra pueden alcanzar rápidamente los 30 grados o más en un día caluroso. Esto limitará severamente el crecimiento de sus plantas, así que asegúrese de proteger sus contenedores de la luz solar directa. Y finalmente, usted necesitará regar su jardín de contenedor mucho más frecuentemente, incluso todos los días durante el verano. Riegue sus plantas profundamente por la mañana para que tengan un suministro adecuado durante todo el día.
Diferentes tamaños de maceta disponibles
Paso 7: Proteja sus plantas de factores externos
Sin la capacidad de controlar el medio ambiente como lo haríamos en interiores, los cultivadores de cannabis al aire libre han tenido que descubrir cómo proteger sus plantas de fenómenos meteorológicos e inclemencias del tiempo que puedan dañar o incluso acabar con el cultivo.
Cambios de temperatura
Las temperaturas por debajo de 5 grados pueden dañar rápidamente la mayoría de las variedades de cannabis, así que si vive en un clima donde las heladas de finales de la primavera o principios del otoño son comunes, es probable que sea necesario usar campanas protectoras, cubres calientes, tapias u otros recintos de protección.
Condiciones del viento
Los vientos fuertes pueden romper las ramas, dañar los tricomas y estresar las plantas, dejándolas vulnerables a las plagas y enfermedades. Si su jardín está situado en un lugar particularmente ventoso, o si está esperando un golpe particularmente fuerte, se recomienda encarecidamente erigir algún tipo de cortavientos. Esto puede ser tan fácil como fijar la lona de plástico perforada a estacas de jardín alrededor de sus plantas, creando una especie de mini invernadero. Los pequeños invernaderos que se venden pueden ser una muy buena opción, así como emplear arbustos o paredes para aislar a las plantas de las ráfagas de viento.
Lluvia
Aunque es útil para regar su jardín, la lluvia es generalmente vista como una molestia por los cultivadores de cannabis, ya que puede dañar severamente su cultivo y causar problemas fúngicos, especialmente cuando las plantas están floreciendo. Si las lluvias de verano y principios de otoño son muy frecuentes y abundantes en su área de cultivo, es aconsejable elegir una variedad que tenga una resistencia natural al moho y las altas humedades. Asegúrese de apoyar completamente sus plantas con jaulas, estacas o tutores porque el agua de lluvia se acumulará en las hojas y los cogollos, aumentando el peso de sus plantas y rompiendo las ramas. También puede usar láminas de plástico y estacas para construir refugios temporales sobre sus plantas cuando sepa que la lluvia está de camino.
Plagas
Proteger su jardín de cannabis de las plagas puede ser un reto arduo y complejo. Las plagas de los animales como ciervos, jabalís o conejos se tratan con facilidad: las vallas y las jaulas los mantendrán a raya. Cuando se trata de la gran variedad de insectos que se arrastran y vuelan y que pueden atacar sus plantas, la cosa se vuelven un poco más complicada. La mejor protección es simplemente mantener las plantas sanas; las plantas de cannabis más vigorosas tienen una resistencia natural a las plagas que hace que los ataques de plagas menores sean fáciles de tratar. También es una buena idea mantener las plantas de cannabis separadas de otros tipos de plantas, ya sean vegetales u ornamentales, ya que las plagas se pueden propagar fácilmente de unas a otras.
Cuide su cultivo con insecticidas
Examine sus plantas de cannabis diariamente para detectar signos de plagas. Una plaga es mucho más fácil de tratar si se detecta a tiempo. Lavar las plantas con una solución suave de jabón potásico y agua puede detener una infección menor. En caso de que esto no funcione, hay muchos insecticidas orgánicos diseñados para el cannabis, a menudo derivados del aceite del árbol de Neem u otros extractos botánicos naturales. Estos son bastante efectivos cuando se usan correctamente. En caso de que la plaga esté muy avanzada, la mejor opción son los insecticidas químicos, muy agresivos pero eficaces.
Paso 8: Decidir sobre la genética que cultivaremos
El éxito de tu cultivo de cannabis al aire libre dependerá en gran medida de la elección de la variedad adecuada para el clima y la ubicación concreta de la que disponemos, por lo tanto, ¿qué marihuana plantar en exterior?. Si vives en una zona cálida o templada, como el clima mediterráneo o el californiano, es muy probable que haya muchas cepas que funcionen de maravilla, o que incluso hayan sido criadas específicamente para dicho clima.
Climas no adecuados
Algunas cepas simplemente no se desarrollan bien en climas desconocidos, siendo el ejemplo principal las variedades de sativa tropical. Las plantas de cannabis comienzan a florecer cuando los días comienzan a acortarse; estas plantas tropicales se aclimatan a áreas más cercanas al ecuador donde la duración del día no varía tanto. Cuando se intentan cultivar en latitudes septentrionales, comienzan a florecer demasiado tarde para aprovechar el sol de finales del verano. Estas cepas también pueden tardar entre un 50 y un 100% más en terminar de florecer, lo que significa que a veces no terminan hasta diciembre. Si usted vive en el sur de California o en el mediterráneo, puede cultivar estas variedades sin ningún problema; pero en otras zonas simplemente no llegarán a producir debido a las condiciones climatológicas adversas.
Semillas de Cannabis vs. esquejes
Mientras que la mayoría de los cultivadores de interior cultivan a partir de clones (esquejes enraizados que serán genéticamente idénticos a la planta de la que fueron extraídos), los cultivadores de exterior a menudo prefieren cultivar a partir de semillas. Ambas opciones tienen sus ventajas e inconvenientes y a continuación, los analizamos.
La clonación requiere una “planta madre”, que es una planta que se mantiene bajo 16-24 horas de luz al día para que siempre este en crecimiento y evitar que florezca. El beneficio de esta vía es que se ha demostrado que las “plantas madres” producen brotes de calidad que calcan las cualidades de la “madre”, Por tanto, todos los clones serán plantas hembras que exhiben las mismas características. Estos esquejes o clones necesitarán ser arraigados en el interior, y luego endurecidos como si se tratara de una planta de semillero que se inició en el interior.
Una desventaja es que los clones tienden a ser menos vigorosos que las semillas, lo que significa que las plantas son más pequeñas y producen menos, aunque todavía se pueden producir plantas grandes cultivando clones en interiores a finales del invierno y principios de la primavera para tener una ventaja en la temporada de crecimiento. Además, las plantas clonadas no desarrollan la gruesa raíz central que penetra profundamente en el suelo para estabilizar la planta y absorber el agua subterránea, por lo que son más susceptibles a los fuertes vientos y a la sequía. Es decir, los esquejes crecen menos que las plantas de semilla y tiene un menor anclaje en el terreno, además de absorber menos agua.
Semillas y esquejes diferencias y similitudes
semillas o esquejes
Las plantas cultivadas a partir de semillas son generalmente más vigorosas que los clones. Las plántulas de cannabis son tolerantes a las bajas temperaturas y a las condiciones de humedad, lo que significa que puedes plantar semillas directamente en el jardín a principios de la primavera, incluso en climas más fríos y húmedos. Sin embargo, si decide comenzarlas en interiores, aun así, deberán endurecerse antes de ser trasplantadas.
El principal inconveniente de cultivar a partir de semillas es que no hay garantía de lo que se obtendrá. Cada semilla de cannabis es única y producirá una planta diferente, así que a menos que elijas una línea de semillas consanguíneas, no puedes estar seguro de cómo será el producto final. Es algo parecido a los hijos y los padres, las mismas personas tienen hijos con características muy variables, y lo mismo sucede con las cepas.
Además, las semillas regulares de cannabis producen tanto machos como hembras, por lo que tendrás que sexar tus plantas cuando alcancen la madurez sexual y eliminar cualquier macho. Por esta razón, muchas personas eligen las semillas feminizadas.
Otra opción son las semillas autoflorecientes, una alternativa muy popular para el cultivo al aire libre, ya que comienzan a florecer tan pronto como alcanzan la madurez, independientemente del fotoperiodo. Muchos jardineros en climas templados obtendrán dos cosechas cada año usando semillas autoflorecientes, una plantada a finales del invierno o principios de la primavera y otra plantada a principios del verano. El inconveniente de estas variedades es que crecen mucho menos, produciendo una cosecha mucho menos abundante y, además, son menos potentes.
Esperamos que te haya servido esta guía para cultivar marihuana paso a paso y que ahora tengas suficiente conocimiento para empezar con éxito tu propio cultivo al aire libre. Cultivar plantas puede ser un pasatiempo realmente agradable y gratificante si sabemos cómo hacerlo. Así que recuerde, ¡pase mucho tiempo con sus plantas y diviértase cultivando!
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