Cuando se cultiva cannabis, suele ser muy común la aparición de alguna plaga que dificulte la obtención de una buena cosecha. Obviamente, las plagas son un problema importante ya que pueden acabar con el cultivo que tanto trabajo nos ha llevado, por lo que minimizar su impacto en las plantas es la meta de todo cultivador. Tanto los cultivos de interior como los de exterior pueden verse afectados por una amplia gama de afecciones, ya sean insectos, animales u hongos. Su responsabilidad como cultivador es reconocer los signos reveladores de su presencia y actuar rápidamente para reducir al mínimo los daños.
Los proyectos de cultivo en interiores se llevan a cabo en un ambiente totalmente controlado, por lo que, aunque el riesgo de plagas puede no ser tan grande como en un cultivo al aire libre, la posibilidad de desarrollar problemas sigue siendo una preocupación y hay que vigilar para evitar la aparición de plagas que acaben con nuestro cultivo. Con la humedad adecuada, la circulación del aire correcta, la temperatura óptima y un ambiente limpio, los riesgos de plagas suelen ser mínimos. A pesar de todo ello, hay que ser cuidadoso ya que, al estar en ambiente cerrado, una vez surge la plaga, es más difícil acabar con ella.
Por supuesto, la mejor manera de minimizar el riesgo de daño que causan las plagas a los cultivos es evitar que se establezcan en él. Una vez hemos permitido que surja la plaga, esta puede ser muy difíciles de erradicar, suponiendo un peligro potencial para el cultivo.
Incluso con las mejores condiciones climáticas y los debidos cuidados para prevenir las plagas y enfermedades, pueden surgir problemas. Algunos problemas son relativamente menores y de poca importancia, mientras que otros pueden tener un impacto profundo en el crecimiento y desarrollo de la cosecha, causando graves daños. Examinemos algunas de las plagas de cannabis más comunes, así como las maneras de tratarlas y su impacto.
La araña roja está entre las plagas más comunes en los cultivos de marihuana, desafortunadamente, pueden ser muy difíciles de erradicar y son una gran molestia. Estos ácaros son extremadamente pequeños en tamaño y normalmente se localizan en el anverso de las hojas. La araña roja morderá las hojas de la planta para succionar los nutrientes. Las mordeduras de las hojas suelen aparecer como manchas pálidas en las hojas. Estas plagas son particularmente comunes en el crecimiento y se reproducen y establecen rápidamente. Como son tan pequeñas, se esconden en áreas muy reducidas, emergiendo para causar daños severos. Incluso después del tratamiento, cuando creemos haberlas erradicado, a menudo reaparecen, siendo una de las plagas más dañinas y frustrantes del cultivo de cannabis.
Para tratar eficazmente una infección de arañas, es importante detectarlas a tiempo. Inspeccione regularmente las hojas de sus plantas, especialmente la parte inferior. Mantenga una buena circulación de aire en su cuarto de cultivo. No sólo las plantas se benefician de ello, sino que a los ácaros odian la brisa.
Rociar bien las plantas con productos como Azamax, Mighty Wash o jabón potásico ayudará mucho a exterminar los ácaros y mantenerlos bajo control. Después de rociar sus plantas poco antes de que se apaguen las luces, mantenga los ventiladores haciendo circular el aire en la habitación. Otra opción tan natural como el jabón potásico es el Aceite de Neem, que puede ser una muy buena opción para prevenir la aparición.
Si todo lo demás falla, siempre puedes usar productos químicos más potentes. Estos productos son más agresivos tanto para las plantas como para el medio ambiente, pero suelen ser muy eficaces en cuanto a erradicar plagas se refiere.
Menos común que la araña roja, pero sigue siendo una de las plagas más habituales en los cultivos de marihuana y pueden llegar a afectar seriamente o incluso acabar con la cosecha. El pulgón es más común en los cultivos al aire libre que en interiores, y puede establecerse muy rápidamente. Suele ser una plaga muy común en los balcones de las ciudades debido a los elevados niveles de polución. Se reproducen rápidamente, por lo que es importante detectarlos a tiempo.
Al igual que los ácaros, los áfidos o pulgones muerden las plantas y chupan el jugo de la planta, la savia, su sangre. Son más grandes que las arañas, por lo que son mucho más fáciles de detectar. Examine cuidadosamente la parte inferior de las hojas y también los tallos de la planta para ver si hay pulgón presente.
Una manera de tratar los áfidos es quitarlos del cultivo y colocarlos en un área exterior separada donde pueda rociarlos con un rociador eléctrico. Otros prefieren ir eleminandolos de la planta chafándolos y retirándolos con una servilleta o algodón. Después de eliminarlos físicamente, los tratamientos insecticidas ayudarán a eliminarlos definitivamente.
Es muy probable que sea necesario repetir el tratamiento. El aceite de neem es otra forma de tratar los áfidos. También el jabón potásico es ecológico y seguro tanto para humanos como para animales y medio ambiente, funcionando muy bien para matar y prevenir la aparición de más pulgón. Rocíe abundantemente y repita la acción según sea necesario.
Para los cultivos al aire libre y en invernaderos, la guerra natural contra los pulgones es posible con mariquitas que se alimentan de ellos y ayudan a mantener a sus poblaciones bajo control. Si su problema de áfidos no es terriblemente grande, las mariquitas proporcionan una forma natural y segura de minimizar su impacto en sus plantas de cannabis.
A estos pequeños insectos voladores les encanta comer cannabis. Viven debajo de las hojas y, debido a su tamaño, no son fáciles de ver. La mosca blanca puede ser particularmente peligrosa debido a su capacidad para propagar otras enfermedades. Estos insectos son extremadamente móviles, y una vez que aparecen, pueden derribar una cosecha entera.
La mosca blanca se reconoce por dejar picadurasen forma de círculos de un color más claro que el resto de la planta. Al mirar bajo de dichas hojas, lo más probables es que un diminuto insecto de color blanco salga volando hacia otro lado de la planta, eso es la mosca blanca.
La mejor opción es pulverizar la planta con aceite de Neem como preventivo y en caso de que ya tengamos la plaga instalada en nuestra cosecha, la faena será titánica. Debéis coger un algodón empapado en dicho aceite y retirar los huevos del envés de las hojas poco a poco, hoja por hoja, rama a rama. Ese será el método más eficaz.
Estos pequeños insectos se propagan por la planta y una plaga de los mismos puede arruinar la capacidad del cultivo para desarrollarse. Al igual que las moscas blancas, los trips son conocidos por propagar enfermedades que pueden ser aún más perjudiciales para la planta que los propios trips. Estos tisanópteros se sitúan en el envés de las hojas y chupan la savia de las plantas hasta dejarlas secas.
La mejor técnica, por ser la más inocua, es retirarlos a mano. Otra opción es empelar jabón potásico, producto a base de acietes naturales que no afectan a las plantas, ni al medio-ambiente y que acaba con las larvas de casi cualquier plaga. También el aceite de Neem es una buena opción ecológica, y en caso de que no consigamos acabar con ellos, se puede emplear algunos de los productos químicos existentes. Estos productos son muy tóxicos y agresivos tanto para las cepas como para el medio ambiente y nosotros mismos, así que deben ser siempre la última opción y emplearse con mucha cautela.
Estos insectos son básicamente larvas de insectos que excavan a través de la planta de cannabis y extraen nutrientes del interior de los tejidos de las células de las hojas y los tallos. En su estela, dejan rayas marrones o blancas a través de la parte superior de las hojas. Cuando ya son adultos, dejan sus larvas bajo las hojas hasta que estas crecen y se convierten en más minadores que se comerán nuestras plantas desde dentro.
Desafortunadamente, el mejor remedio para acabar con estos bichos son las propias manos del cultivador ya que la mayoría de los pesticidas que se dirigen a los minadores son más peligrosos que beneficiosos. Así que la mejor opción, por muy desagradable que pueda parecer, significa que tienes que encontrarlos y aplastarlos.
Si su cultivo es al aire libre, tarde o temprano notará la presencia de saltamontes, caracoles y orugas. Los saltamontes son insectos pequeños y ágiles que se mueven rápidamente a través de las hojas y que a menudo se ocultan por debajo de ellas. Son de colores brillantes y comunes, y en cantidades limitadas no afectarán su crecimiento. Las orugas también suelen encontrarse en cantidades limitadas, pero pueden causar daños mucho más graves en la cosecha.
Varias orugas pueden causar grandes daños tanto en las hojas como en el interior de los cogollos y deben ser eliminadas lo antes posible. Pocas cosas son más molestas para un cultivador que ver cómo una oruga hambrienta destruye un enorme cogollo. El daño que pueden hacer es sorprendentemente severo.
El problema principal con las orugas es que se ocultan en el interior del cogollo, comiéndoselos y creando túneles que los atraviesan hasta acabar con todo. Además, los cogollos mordidos y repletos de agujeros y heridas, suelen verse afectados por la aparición de pudrición. De hecho, muchas veces no detectamos a la oruga, pero podemos ver que el cogollo se pudre y se vuelve de un marrón oscuro. Además, se pueden detectar restos de sus excrementos repartidos como pequeñas bolas negras por los cogollos y hojas.
La única opción es retirar las orugas manualmente si las ve, buscando muy meticulosamente a través de los cogollos, abriéndolos con nuestras propias manos. Tenga en cuenta que las orugas atacan en plena floración, cuando los cogollos son gordos y duros, por lo que es una plaga tremendamente problemática que nos puede dejar sin cosecha justo cuando ya la íbamos a recoger. También se puede tratar esta plaga con algunos productos químicos, útiles para agresivos tanto para las plantas como para nosotros y el medio ambiente. Si emplea este tipo de productos químicos, sea cuidadoso con las dosis y empela guantes y mascarilla.
El moho es un problema bastante común en las plantas de cannabis, especialmente en interiores o en invernaderos, donde los niveles de humedad pueden ser altos y la circulación del aire es baja. El moho es devastador, pero es más fácil de prevenir que los áfidos o la araña roja.
El moho mata las plantas y arruina los cogollos, por lo que su impacto es devastador para la cosecha. Desafortunadamente, a menudo no se revela hasta bien entrada la etapa de la floración, cuando aparecen pequeñas hojas amarillas sobre ellas. Las hojas amarillas son una señal de que el moho está ocurriendo en su base, dentro de los rincones interiores de las flores donde la humedad puede esconderse y afianzarse.
Si no se controla, el moho destruirá rápidamente todo el brote y se extenderá a otras áreas de la planta. Si detecta moho – a menudo se localiza en los cogollos más grandes, densos y mejor formados – recorte el cogollo de la planta inmediatamente y retírelo del cultivo.
El moho suele ser el resultado de fallos en las buenas prácticas de cultivo. Asegúrese de controlar la temperatura y la humedad, manteniendo la temperatura por encima de los 20 grados y la humedad al 40-50 por ciento cuando esté en fase de floración. La circulación del aire es realmente importante mientras las plantas están floreciendo. Los ventiladores oscilantes o unos pocos ventiladores fijos montados proporcionarán un buen flujo de aire por toda la habitación. Si es necesario, instale un aire acondicionado en el cuarto de cultivo para eliminar el aire estancado y húmedo de manera constante. Si está cultivando
Puede combatir el moho buscando cepas resistentes al moho, en interior las Sativas suelen ser más resistentes ya que los cogollos no son tan gordos y prensados. En exterior las Indicas pueden ser una buena opción ya que florecen antes y se cosechan antes de la llegada de las lluvias y la humedad. Además, algunas genéticas son más resistentes al moho que otras, investiga y descubre cuales son.
El mildiú es un problema muy común con el cannabis. Al igual que el moho, Mildiú suele ser el resultado de fallos en los parámetros del control de clima y el cultivo en general. Los signos reveladores de esta aflicción son la aparición de manchas blancas en las hojas que parecen como si alguien hubiera espolvoreado las plantas con harina. De ahí que muchas veces se denomine al mildiú como polvo blanco.
Esta enfermedad fúngica común al cannabis puede propagarse rápidamente y destruir plantas si no se controla. Además, su aparición hace que los cogollos sean infumables y su consumo puede causar problemas respiratorios e infecciones pulmonares en el consumidor.
Sin embargo, si se detecta y trata a tiempo, puede eliminarse y salvar la cosecha. A continuación, os presentamos una serie de remedios caseros para el mildiú que funcionan bastante bien. Sin embargo, el método más efectivo es limpiar el moho de las hojas con agua del grifo sobre toallas de papel mojadas o paños de mano. Luego, seque las hojas y haga funcionar un ventilador oscilante o dos ventiladores fijos en la habitación, y asegúrese de que la habitación tenga una ventilación adecuada (la falta de ventilación y circulación de aire es probablemente la causa original del problema). Finalmente, aplique algún producto para su tratamiento.
El azufre disuelto en agua y aplicado sobre las zonas infectadas suele funcionar bastante bien (siempre sobre hojas y tallos, nunca sobre los cogollos). También hay diversos productos químicos que puede aplicar mediante una botella de spray para rociar bien las plantas antes de que se apaguen las luces. Asegúrese de rociar todas las áreas de las hojas. Algunos productos ecológicos y orgánicos pueden ser una solución segura en todas las etapas del crecimiento de la planta, incluida la floración, aunque siempre es mejor no aplicarlos durante dicha fase.
El Fusarium es un hongo que habita en el suelo y que puede causar la pudrición de la raíz y, por ende, la planta. Este hongo bloquea el flujo de nutrientes a través de la planta causando la muerte sistemática, sección por sección. Si causa marchitez, aparecerán manchas oscuras en las hojas inferiores. Éstas se volverán rápidamente de color amarillo a marrón y luego las hojas colapsarán, pero no se caerán y el tallo al que están unidas se caerá hacia abajo. Este patrón se repetirá hasta expandirse por todo el cultivo.
Cuando el Fusarium causa pudrición de la raíz, sus síntomas pueden no ser vistos hasta que sea demasiado tarde. Hace que las raíces de la marihuana se vuelvan rojas. Esta coloración viajará entonces hacia arriba por el tallo, expandiéndose por toda la cepa e invitando a otros insectos y enfermedades a establecerse en vuestro cultivo.
La marchitez del verticilo es causada por un hongo y puede presentar síntomas muy similares a los de Fusarium. La marchitez del verticilo aparecerá primero hacia el fondo de la planta con las hojas amarillas. Este amarillamiento se producirá primero en los nervios y en los márgenes de las hojas. Estas hojas se oscurecerán en apariencia y comenzarán a marchitarse. El tallo también se oscurecerá y debilitará en la base.
Con Vertilicio, la marchitez tiende a ocurrir en secciones más grandes al mismo tiempo, en comparación con la expansión rama por rama del Fusarium.
Los amantes de la marihuana por naturaleza, estos insectos harán de la planta de cannabis su principal fuente de alimento sin una intervención rápida y efectiva. Los grillos y los saltamontes típicamente se dan un festín en la noche y dejan atrás una gran cantidad de daños para que los cultivadores los descubran en la mañana. Mientras que a las aves les encanta comer estos insectos, deben cavar a través de la tierra para llegar a ellos, y eso puede causar daño a los sistemas radiculares.
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